14 abril 2013

Las entrañas de la ciudad

Como me gusta viajar en metro, creo que es una de esas cosas que por más años que pasen nunca dejará de gustarme. Lo mejor es la línea circular, que vayas para donde vayas siempre llegarás a tu destino... más tarde o más temprano... aunque se puede ser tan inepto que uno se pierda hasta en la línea circular, ojo que de todo hay en la viña del señor...

Ahora, para mayor regocijo de la que escribe, ya hay cobertura en la mayor parte de las estaciones, por lo que puedes ir comentando la jugada, mientras vas de estación en estación... mi viaje esta vez era de más de veinte estaciones (contando el trasbordo) así que aun tenía para un rato. Una de las cosas que me hace más gracia es que te metes en un sitio y sales en otro totalmente distinto una hora más tarde pero sigues dentro de la misma ciudad... con el autobús eso no pasa, vas viendo un cambio más gradual... y yo como buena paleta que soy, lo prefiero, vamos que ya de venir a la capital, me voy a pasar la tarde subiendo por las escaleras mecánicas del corte inglés, ojito.

Pero el metro da mucho más de si. Es una cajita de sorpresas, y en estos años ha cambiado, sobre todo en una cosa: el hábito de la lectura. No es que la gente ya no lea, sino que ya casi no hay gente que lleve libros, ahora todo el mundo lleva e-books o tablet y tonto el último. Se acabó lo de llevar libros gordos que te rompían las cervicales en el bolso, forrados con papel del 20 minutos para que nadie supiese que estás leyendo (no fuese a ser que se descubriese que estás leyendo la biblia o alguna obra de una autor derechoso y te excomulguen del sindicato de turno, que drama)y de paso agarrar el bolso como si en ello fuese la vida. Ahora la gente se planta con su e-book y ancha es la Castellana, ya le puedes robar el bocata, que mientras no le quites el e-book todo va bien, y si, es mucho más dificil leer por encima del hombro en un e-book, por tanto el momento cotilla se acabo. Ahora eso si, si vas a llevar un e-book, hazlo bien, cómprale una fundita para que parezca un libro, las hay de muchos colores y precios, así que dejemos el cutrerío en casa al ir a comprarla y ni mirar una de color negro, vamos, negro caca.

Eso si, la gente se sigue durmiendo, sigue sin dejar salir para entrar (la pelea por sentarse sigue igual), los músicos siguen amenizando el viaje (y digo yo, con tanto reallity musical ¿nadie los ha descubierto todavía? cuanto talento desperdiciado en el subsuelo de Capital City) y los viernes los niñatos de botellón siguen haciendo de las suyas. Ahora eso sí, hay más inspectores (ya me han tocado dos veces) por lo que colarse es más difícil (mi alma de delicuente vive horas bajas)

En fin, por fin he llegado a mi destino y me dispongo a cumplir mi misión... pero eso será en el próximo capítulo

NOTA MENTAL: Comprarle una funda a mi e-book, me he traido un libro ¡mal empezamos!
MODO: Observándolo todo como si fuese la primera vez que lo viese, lo que yo te diga, como Paco Martínez Soria recién llegao del pueblo, que lástimaaaaaa

2 comentarios: